octubre 14, 2009

Desafío II

La cuestión es que no hay cuestión, y que más allá de haber llovido mucho por estos lares, últimamente yo también ando escasa de palabras, de inspiración. Ando escasa de motivos, no de razones, tengo un millón de razones por las cuales debería escribir. Entre ellas se encuentra algo así como la prevención de un inminente aneurisma, o enfisema, o embolia, o como más te gustaría llamarle.
La palabra era "Saudade" Ema, que por lo que he visto en tu escrito has decidido que fuera estupro, otra vez. No, claro que no iba a ser la misma palabra. Ya sé, como me has dicho "que raro nosotros desentendiéndonos", pero lo atribuyo más a tu memoria selectiva, de la que antes hablabas, o quizá puede haber sido el hecho simple de ser mucho más fácil para vos. Y que entre todo ese olvido, toda esa falta de inspiración, Saudade te iba a complicar la existencia. Más allá de la no memoria, o del desentendido (gol de Argentina) que no creo tal, debo agradecer que luego de tanto tiempo, que no esperaba que fuera menor al transcurrido, te hayas acordado de La Maga. Se agradece ya que hace mucho que no hablamos como solíamos hacerlo, de madrugada, por horas interminables y de lo que fuera o fuese, y sin expectativas de nada, con preguntas sin respuesta. Y por sobre todo, sin angustia por no tener respuesta, era un hecho que por lo menos yo consideraba esperable. Hoy ya no sé que decir. Intenté (justo hoy) garabatear una historia mientras esperaba a mi profesor de teóricos que llegó media hora tarde. Pero a decir verdad, quedó ahí, a la mitad, bastarda y aburrida, con mezclas inevitables de conceptos psicoanalíticos, que al leer me dan algo parecido a ganas de devolver, no por el psicoanálisis, pero siempre me tildan de snob por eso, FUCK OFF! es una deformación profesional. Esto ya se me fue a la mierda, no tiene sentido lo que escribo. Sólo empecé a escribir porque me pareció sensato (ella siempre tan mulita) una respuesta al gesto que tuviste para conmigo. Sigo con millones de ideas en la cabeza que podría plasmar tranquilamente en un papel, pero al parecer "se ha perdido la conexión" entre aquello que lo haría posible. No son días buenos. Siento horror de la realidad, una realidad que a veces se presenta tan cruda, tan como un cross de derecha, cross de izquierda, uppercut y demás golpes. Pero al final del día queda respirar, contar una vez más inhalaciones, pensar en el cielo sin nubes, respirar profundamente, y cagarse en todo. Porque con la paja mental, no hacemos nada. Así que... mañana tendré una larga charla con mi psicoanalista.
La Maga

agosto 30, 2009

"Buen día.."

Y por ahora, no estás conmigo. Pasa un fin de semana más, de tantos otros sin vos. De todos estos sin vos. Pero este es diferente, quién sabe, los próximos también. Estás a la distancia de una mano, como decía Julio: "Tendí la mano y toqué el ovillo París". Estás cerca, tan cerca besándome la frente, tan hermoso como siempre, igual que el primer día que tu figura se erigió ante mi cual Sequoia. Y a la vez tan lejos de esas camas compartidas, de esas cajitas de cenizas, del anhelo de trepar tu metro noventa para decirte "Buen día".
Y despierto en la noche soñándote a mi lado leyendo ciertos despistes y franquezas, con tu mano rozando mi pierna mientras la otra acaricia las páginas. Y me arrebata el pensamiento una imagen de otra persona que en espejo comparte en la realidad todo eso que yo estoy soñando. Y puede ser así, o no. Pero la mente a veces nos muestra diapositivas de un futuro en el que el espejo es la realidad, y una, sólo es sueño.
Y recurro a la respiración, a contar respiraciones, a imaginarme un cielo donde las nubes pasan y no se quedan, a buscar el pedacito despejado. A la vez, un segundo antes de acurrucarme en el sueño, te pienso y te enumero. Y todo es más dulce, quiero creer que ese día llega y no es lejano, que estarás ahí mostrándome que una es la realidad y no el sueño que teje, porque un segundo antes de despertarme escucho cómo te sentás en la cama, acariciás el ovillo Maga y comenzás mi día con un: "Buen día, Gurrumina" y un mate con miel, silvestre; claro está.
La Maga

agosto 03, 2009

Ojalá vivas Marcos



Una vez, no. 
Otra vez, no. 
Otras tantas después, sigue siendo no. 
Pensaba que si sabía todo lo que iba a resignar haciéndome vegetariana, quizá seguía comiendo triples de cantimpalo y queso. Tolerar cada vez el famoso: "Qué, no comés carne porque no querés matar animalitos?" En serio, why do you even care?
Comenzando con el "Vegetariana" pasando por Pendeja subversiva, Patineta, Nerd, Ancho, Freak, Demente, Snob, limitadita (ese fue el ápice), cuántos quedarán todavía? Pensaba en cada uno de ellos en esta habitación congelada; arrinconada al lado de la estufa escribo una vez más en este cuaderno de hojas anaranjadamente chillonas al cual me acostumbré a acudir cuando el razonamiento ya no alcanza. Será que tenías razón cuando decías que andar racionalizando todo no sirve de nada? Quizá sea un juego interno demasiado conocido, un juego que me resulta en extremo fácil jugar. Cierro los ojos, blind folded recorro cada palabra, cada te amo, cada cuento leído a las  4 A.M., "Dormías Gurrumina?, Sí, Arbolito pero leeme" y retomabas un pedazo de  "El cumpleaños de Juan Ángel" y yo lloraba, porque esas palabras eran de una ternura incomparable. Creo que ese otro rótulo que me gané, el de "Zurdita", estaría en extremo justificado si dijera que la revolución en algún punto (en el que ahora no ahondaré); tiene una gran carga de ternura. "Estela es la única que lo besa en la boca/ con miedo con derecho con costumbre" y me seguías leyendo.
Al fin, todo eso se va deshaciendo, se desmigajan los recuerdos y los guardo ultrajados, como una carta a punto de cortarse por los pliegues que una y otra vez abrieron la puerta a la alegría.

Y dejamos de ser quienes somos, y a cada manoatazo al despertador no siempre nos reconocemos cuando miramos las huellas que quedaron en las sábanas. Y cambiamos rutinas para despojarnos de aquello que las acompañaba.  Ya no más Molko cantando para avisarme que llamabas. "Desde que te alejaste, cuántos lugares se han tornado vanos y sin sentido", ya no más lágrimas, gracias a Johnson & Johnson. Chantal Mouffe duerme en la biblioteca, en su lugar atracón de librería, dos libros de Foucault, dos de Bourdieu y Outsiders.  Sigo sin poder dormir [retraimiento narcisista necesario para conciliar el sueño]. Muchas pelis, mucho estudio, francés, un par de materias.. felicitaciones licenciada.
Y ahora?, ahora jugo de naranja recién exprimido, ducha intensa, frutas hasta la tarde; tranquilidad. Otra vez tranquilidad (debo confesar que me preocupa, no será ficticia?) Estás segura que racionalizaste lo suficiente? Bien sûr.  Tranquilidad quizá sea eso, no darle excusas a nuestro sádico y perverso super yo para que abra el maletín y escoja el método de tortura en boga. Tranquilidad es sólo quizá, saber que esta vez I really really did my best, took my time to be sure (lo-ooot of time), said all the right things and still: No. 

Lost cause. Hay veces que no se puede hacer nada. O si?


Should we fight for lost causes?
Not a fucking,

single, 
clue.



La Maga

julio 31, 2009

Los rulitos, Toing Toing.. Toing Toing..

Yo naaací....

Voy a la duchita, abro la canilla... Cascadita!

-Sería bueno encontrar la que dice: Ahora sí nos lavamos los dientes.. Con mucho gusto!
[gusto a banana, frutilla y ananá.. No pican! Pibe's y Coqueterías, ahora sí, las pastitas acá están (si la memory stick no falla)]
-Otra.. "Yo coltal tolta!"

julio 24, 2009

Desafío

(Ecoutez!)

Tengo a Caetano susurrando que “Nada, nada, nada restou desse amor” y un desafío impuesto mientras escribo. Llueve con furia, la ciudad se presenta hermosa, con nada de maquillaje, a cara lavada. Tengo un nudo en los dedos, hace mucho no escribo, se me secó la inspiración. En otra época me manchaba los dedos con tinta asiduamente, la pantalla lumínica destrozaba cada célula de mi retina sin ningún tipo de culpa. Pero quedé vacía por un rato, o eso espero. No precisamente por la calidad de lo que escribo, lejos, muy lejos estoy de hacer la diferencia. Pero como actividad catártica, ha quedado estipulado en análisis que es efectiva, eficiente, y todos esos vocablos repugnantes que utilizan las psicoterapias comportamentales, por su parte mi analista diría algo así como que “estoy sublimando correctamente”. Eso significaría algo así como que gracias a la escritura no ando matando gente por ahí, o poniendo bombas en las oficinas de Personal, o prendiendo fuego un vagón del Sarmiento (no, yo no fui la del incendio de Haedo, aclaro). Mis mecanismos de represión por lo visto están oportunamente aceitados y puestos a punto, quizá demasiado.
La cuestión es que me cuesta escribir, me cuesta estudiar. Leer (cuestiones ajenas a la facultad) se me da fácilmente, diría que es vital. Pero leer lo que me da placer, no va a hacer que me reciba, claro está.
Estaba con Caetano cantando allá de fondo, un sahumerio de tilo, sumergida en la bañera repleta de agua, fumando despacio, reteniendo el humo y dejándolo libre viendo cómo se esparcía diferente, más pesado que de costumbre. El humo tiene idiosincrasias misteriosas y lúdicas, más cuando se está como estaba yo, relajada entre mis patitos de goma que soplaban para no ahogarse entre la espuma.
Pensaba, y creo que era a la velocidad del sonido, o de la luz? No, tan rápido no parece. Y en una especie de barrido mental, fui repasando diferentes temas, que a simple vista se me resolvían sin esfuerzo, como cuando uno sueña la respuesta de un problema matemático. Pensaba en el desafío.Ya sé que lo tuyo con Priscila (qué nombre precioso, joder..) no es estupro, y sé que no te va a convencer que haya escrito eso para meter la palabra, pero entendé que tengo sequía creativa, y mi otro yo, Priscila (la mía, no tu chica no virtual) se fue a jugar, lloviendo y todo a la plaza. Pero a mi la lluvia afuera no me ayudó demasiado con la deshidratación literaria. Ayudó para tranquilizarme, para acercarme al eje que cada día parece fugarse un poco más de mi, podría pero no tengo pensado llegar al recurso extremo para centrarme, por ahora no. Ayudó en ese momento para embellecer la penumbra apenas iluminada por la pequeña brasa del sahumerio, para derrumbar por un rato el fuerte alrededor mío. Entre los escombros momentáneos encontré una idea, un sentir, quizá hasta una revelación. No, no estoy triste. Me di cuenta que no estoy triste, quizá debería pero no lo estoy, tampoco el extremo de mi costado maníaco revoltoso y saltarín. Estoy tranquila, y no la tranquilidad que antecede la tormenta que en ese momento se estaba desarrollando, era la tranquilidad misma. Ahí tierna, aterciopelada, repleta de aroma a tilo y alguno que otro de sales que haya mezclado en el agua. Estaba cerca de ese cuerpo desnudo que a veces siento ajeno a mi, estaba sobre mis párpados cerrados que disfrutaban del ir y venir de mis yemas acariciando el agua al ritmo de Bebel, estaba en mi voz acompañando a la pequeña niña cantando.. ”Vai, minha tristeza”… Y cada pieza se posicionaba lenta y sin esfuerzo, claro que si… “chega de saudade”.
La Maga

junio 30, 2009

La peste du XXI siècle?

- Naturellement, vous savez ce que c'est, Rieux ?
- J'attends le résultat des analyses.
- Moi, je le sais. Et je n'ai pas besoin d'analyses. J'ai fait une partie de ma carrière en Chine, et j'ai vu quelques cas à Paris, il y a une vingtaine d'années. Seulement, on n'a pas osé leur donner un nom, sur le moment... Et puis, comme disait un confrère : " C'est impossible, tout le monde sait qu'elle a disparu de l'Occident. " Oui, tout le monde le savait, sauf les morts. Allons, Rieux, vous savez aussi bien que moi ce que c'est...
- Oui, Castel, dit-il, c'est à peine croyable. Mais il semble bien que ce soit la peste.

Albert Camus

junio 26, 2009

Tan sólo dime lo que hago..



Las declaraciones son actos lingüísticos complicados, ya lo decía Rafael Echeverría en su libro "Ontología del Lenguaje" de esta manera: "Cuando declaramos algo nos comprometemos a comportarnos consistentemente con la nueva realidad que hemos declarado. [...] también nos comprometemos por su validez ..."
The worst case scenario es cuando uno hace una declaración, y se compromete y es consistente y toda la mar en coche, pero es de esas que a uno le cuestan jodidamente en demasía, y no sabe cómo carajo hacerlas.. y para el receptor son: F7: AGUA
Hostia madre, no cabe duda alguna, la comunicación humana es un milagro..

La Maga

junio 22, 2009

14:30 hs.

Qué grande La Lugones, me pone este jueves la película con Marcello Mastroianni basada en "La autopista del Sur"...
Sigo ayudando al azar que ultimamente no me está ayudando ni un chititito!
Qué sucederá con Dauphine..?

(Se acuerdan de la publicidad de Renault también basada en el cuento? No lo encontré en Iútub...)
La Maga

Your sentence is what, Brian? Over.

mayo 17, 2009

Wohl einem jeden, der seine Orte der Dauer hat*

Con la nariz metida en un apunte odioso, se acerca sigilosa mi madre y me dice: "Murió Benedetti".
Se me paró el corazón, menos que a él, pero por tres, cuatro, cinco segundos, se me paró el corazón, como a él.
Me levanté reboleando los apuntes, lapiceras, resaltadores, el cuaderno donde resumía el texto, para comprobar esa nefasta noticia que me habían dado. Sabía que estaba en un estado crítico, leí un poema de él, como Saramago nos había pedido en su blog, a aquellos que lo leímos (leemos), y a aquellos que no también, supongo. Fui en busca de agua para tragar la noticia, pasé por el espejo y vi que tenía la cara repleta de lágrimas, silenciosas pero ahí, presentes, saltando de manera incontenible hacia el vacío, como una nena a la que le arrebataron su juguete.
Hace diez días exactamente me dijiste: ".. Además, sin Luz, ya nada debe tener mucho sentido..", esa frase hoy se me impuso, y recordé haberte dicho que a Cortázar con la Osita creía que le había sucedido algo parecido. Quiero creer que existen esos amores todavía, quiero creer que después de tantos años compartidos algo se pierde y deja de tener sentido continuar acá, de este lado. Bien romántica la idea, quizá la única que tenga, y me hago cargo y la sostengo. Creo que se puede morir de amor, tal vez ellos, que son de épocas anteriores lo pueden demostrar más que la generación actual. Ahora gracias si alguienes (sí, alguienes) permanecen más de diez años, es casi meritorio, y la verdad.. dadas las circunstancias actuales, es todo un mérito. Quiero creer que existe el hasta que la muerte nos separe, que te puede fallar el alma en todo si una Luz, una Osita, una Pilar, una Simone, se te van de la vida. Me aferro con uñas, dientes, pies y manos a la idea.
Ya sé que agarré la General Paz y terminé en el Camino Negro, pero volviendo.. Mario se nos fue, habrá visto la luz, a su Luz? Sólo me imagino que sí, no veo otra opción "A luz, mi mengana particular". No veo otra opción porque lo he leído. Todavía recuerdo entrando al cuarto de mi hermana mayor, la del medio, despacito y hurgando en su biblioteca, donde dos volúmenes me llamaban particularmente la atención, sí, los Inventarios. Que leía de a pedacitos, y copiaba frases que me maravillaban. "Qué triste es ver cerrarse la alegría sin previo aviso de un brutal portazo", me parecía de una fuerza intrínseca incomparable, de esas frases gráficas como la hostia madre. Todos alguna vez sentimos eso, un portazo en la napia que te deja sangrando el cuore por tiempo indefinido. Fue el tiempo en que yo estaba veleteando en la vida sin rumbo. Tiempo en que compartía entre mates y tarea de alemán un Credo y una Ausencia, allá por mis pagos de Haedo. Hasta dejar toda mi infancia en esa casa gemela con una gran mudanza. Y así despacito, fui adentrándome en el mundo de este uruguayo, hasta difinitivamente afanarle, porque se los afané (pero sin culpa porque a ella no le gusta tanto), los dos tomos a mi hermana, cortesía de la mélange de la mudanza, claro está.
Y así seguí, ratoneando entre las hojas un millar de veces. Hasta que un día: "usted es la respuesta que yo esperaba a una pregunta que nunca he formulado" cobró un sentido inextricable, andá a desenredar eso ahora. Y Mario, en esta etapa se hizo voz. No su voz recitando continuamente en el reproductor "Soneto kitsch.." o "Semántica práctica", aunque también. Esa otra voz profunda que me contaba que "el fulano sentó cabeza con la undécima mengana que dormita a su costado".
Y hoy. Hoy que se fue, y si me pongo quinielera digo que en un día diecisiete que es la desgracia. De cualquier manera, Mario dejó el más acá en un día nublado y frío. Y yo seguiré sosteniendo que se fue con Luz, porque soy cursi o utópica, sea cual fuere, me importa un bledo. Me importa que yo sigo escribiendo y secándome a manotazos las lágrimas, porque como dijo él: "Cómo voy a creer / que el mundo se quedó sin utopías [...] Si vos / mengana dulce / osada / eterna / si vos / sos mi utopía."

* Feliz aquel que tiene sus lugares de duración.
La Maga

abril 28, 2009

Letras a la nada..

Él está en Santa Fé, yo acá, en Buenos Aires..
Después de mucho insistir logré que se armara un blog.

Me gusta como escribe. Por eso lo amadriné.
Tantas conversaciones hablando sobre la Maga y Horacio..
Otras tantas sobre su recién estrenado título universitario.
Es una dialéctica extraña la que tenemos, lo sé, él también.
Estrenó blog, y la primera entrada fue sobre aquella conversación.
"Las cosas por su nombre" se tituló.
Era tarde, entrada la madrugada.
Veíamos cómo podíamos bautizar ese nuevo espacio... que ya empezó a producir..

Empezó así..:


- Nombre del blog? Triste final feliz? – Arriesgué mientras me hacía un nudo con las instrucciones que veía en la pantalla.
- Mm... Pero ese es el dominio? – Preguntó la Maga sabiéndome en aprietos - No hay nada detrás de la nada. – Agregó.
- Me convenció.
- Pero sin signo. – Me advirtió adivinando los de admiración que intentaba adosarle.
- Ni puntos? – pregunté algo apenado.
- Ni comas.

Y así continúa la conversación con Ema... (clickez-ici!)

marzo 25, 2009

RADIOHEAD

Lamenté ser tan petite. Lamenté no poder llegar más lejos de lo que la masa me permitió, tener al fumón molesto (por increíblemente molesto) tapando con su voz beoda la de Yorke (que se escucha en el video). Lamenté tener a la minita que escalaba a su novio a cada comienzo de canción, a medio centímetro.
"For a minute there, I lost myself.."
No hay que ser tan malvados con la providencia, volví a mi eje. Vi a mi querido hermano envuelto en un estado psicotrópico al que no pude volver a encontrar. Me topé con mi bella Caroline, con la cual bailamos escuchando Kraftwerk.. o Krafverg, que es más atinado, Ein, zwei, drei, vier, fünf.. aprenda alemán facilmente.. Mejor aún.. el Machine, que Fela nos hizo escuchar en el viaje de ida para ponernos a tono..
Igual, el mejor momento de la ida, fue cuando Fela estaba estacionando y la realidad imitó al arte. El tipo que cuidaba los autos empezó a correr adelante... Claro Negro vos lo viste, lo pensamos al mismo tiempo.. Karma Police.
Nada de lo que lamenté pudo contra las dos horas de recital, si bien para 15 Step y There There, no vi un carajo, con el Negro nos adentramos un poco más. Seguí sin ver un carajo, soy un fucking gnomo, pero estábamos más cerca. No fue lo mismo que con Placebo, claro está. No solo por la cantidad de gente (y la banda), sino porque el Negro no tuvo que soportar mis alaridos molestos (salvo esta canción, en la que le estaba haciendo la contra a "El molestísimo") y como bonus extra pudo meterme un par de roscazos que me tenía prometidos.
Soberbio, lo que sentí en cada canción, en cada flash de luz que iba cambiando según la canción. De no ser por el molesto al lado cantando "No surprises", con el "Silence" me hubiera puesto a llorar, y en algunos otros también. Pero se hace tan difícil, para mi es un fenómeno que no se puede compartir. Quedaron canciones por tocar, los cuatro coincidimos que faltó Fake Plastic Trees, la cual tarareamos saliendo, como tratando de aplacar esa falta (la angustia de la falta.. infaltable en el sujeto), Exit Music para Nekro, por mi parte The Bends, My Iron lung, Thinking about you, Black Star.. que tanto canté el año pasado acompañada de la guitarra de Jó.
La vuelta, tranquila, escuchando Sigur Rós. Yo tratando de asimilar, sin poder hablar, pensar. Recuerdo la música, recuerdo las luces de la General Paz pasando.. y yo sumida en una perplejidad incomparable, en una incapacidad para volver a la realidad real. Hasta llegar a los baches de Juan B. Justo, que quizá me trajeron de pronto pero no tanto. Creo que seguí sin ligar hasta hoy a la mañana, después de dormirme escuchando "If I could be who you wanted... all the time."

La Maga

marzo 09, 2009

Amuse Bouche...

Écoute et lis!

Es posible, aunque no parezca. Es posible o eso quiero creer. Mientras uno va delineando las palabras, tenemos un vasto mundo que parece alcanzable con sólo estirar la mano y tocarlo. Ahora que lo pienso, no sé si es tan posible. Pero aun así, quién no ha perseguido un imposible?
Es posible que una boca sea todo lo que existe. Cómo? Pas d'idée.
El macro: Un cuerpo masculino. Otro cerca, muy cerca, femenino. Ese tipo de cercanías que deja al más célibe, pegado a un rosario por varias semanas.
Pensemos en un plano secuencia. Dos cuerpos, Escribe tu propia historia, yo sólo marco la huella.
Plano secuencia con zoom in. Se van cortando los cuerpos, las piernas desaparecen en una cadencia que no permite extrañar la imagen, se siente que está de más. Los torsos inválidos de manos, se desdibujan en una suerte de piedra chocando contra el agua. Una mano reaparece, se posa en un cuello que pelea por mantenerse en escena. La mano vuela bajo, suave; como recorriendo el cuello de un gatito mojado.
Sólo nos van quedando dos perfiles. Ojos cerrados que espían de vez en cuando. Narices que luchan por un territorio virgen, se chocan torpe y naturalmente.
Dos bocas que juegan, que se enfrentan en una batalla por la supremacía, por el todo; la lucha por ese dominio dulce.
No se puede abarcar en un plano el pensamiento, a menos que utilicemos el recurso de la voz en off. Pero no aporta nada a la historia. Las palabras no llegan, las palabras borrarían la imagen. Es un pensamiento vacío. O casi. Inabarcable. Inabarcable explicación: Inexplicable. Está sin estar. Es tan una palabra plena que se fuga de significado de tan solo ser.
Esa otra boca que está allí es lo único que existe. El mundo está desierto. A lo lejos se puede escuchar algún sonido, el aire de la noche, o del día, según le plazca al que inventa la historia. El mundo está desierto, y lo único que Es, es esa boca. Quizá lejos, y diametralmente opuesta, la otra. La que piensa sin pensar, la que mira absorta esa boca que se convirtió en un zahir. Ya no hay alarmas, no hay un sonido que corte esa fijación perturbadora. No hay horarios, no hay guerras, ni las hubo. No hay ya Historia. No hay informes meteorológicos anunciando los 35º y su concomitante sudor. No existe el suave ronroneo de las aspas del ventilador. Sólo hay, en la lontananza, la tibieza de algo que pertenece a esa boca, al más allá de esa boca. Algo que todavía la hace pulsar, la hace existir en todo su esplendor. Permanece y quizá ya no. Pero eso no importa. Por ahora no. En este plano, solo existe una boca entreabierta que es besada, que es recorrida paulatinamente, que es mirada por unos ojos que están por fuera pero que son la fuente misma del relato. Lo es así también ese pensamiento latente, que teje la historia en una inconsciencia típica de un cuerpo librado al goce. Pero en ese pensamiento hay un “no a lugar” que se repite constantemente, como la respiración entrecortada de esa boca húmeda. Esa boca ahora lo es todo, es el Zahir por antonomasia. Es la nada, si nada de nada es todo. Pero ya no existe alrededor, sólo este pensamiento prófugo, y esos labios que parecen regenerarse a cada instante.
Es muy probable que la historia del universo esté resumida en ese zahir, algo tan vasto, algo tan incógnito, en algo tan pequeño a comparación. Olas de pensamiento que se topan con una muralla. Torpeza propia del momento, que no hace más que mejorarlo. Aquí sólo hay gracia y el elogio de la dilación.
Es posible, sí, o eso creo. Esa boca, tan perfectamente imperfecta. Esa boca que se funde con el río pequeño de aguas arenosas. Esa boca que bebió del río eterno, por relatarlo con solemnidad impoluta y que precede toda historia. Que en un ciclo sempiterno se restituye y emerge otra vez implacable. Precede toda historia y la escribe, la hace a su vez. Quizá no sea la vasta historia del Universo, ni un poco más pequeña aún la de El Inmortal. Quizá escriba una historia diminuta, ignota en la majestuosidad de esa otra Historia. Un relato que alguien escribió pensando en imágenes que no podía dejar de ver, no podía dejar de sentir. El relato de un pensamiento que se escapa a la significación, porque no puede ser dicho. Esa boca aún sin beber del río de los inmortales, se volvió tal. No quedan palabras, porque no las hay; pero este plano secuencia se conforma con las imágenes de un recuerdo.
La Maga

febrero 23, 2009

Electrical Storm

Se acuerdan de la chica de Morvern Callar?
La sirena, es la misma que tiernamente serruchaba a su novio en la bañera.
"I'm sticking with you..."

Qué linda que es cuando se enoja y grita: "I hate you"

enero 21, 2009

Fantasmas en el parque

“La Negra estaba leyendo un libro, debe ser Los Buddenbrook, de Thomas Mann, porque lo tiene como una especie de breviario. No interrumpo, me quedo lejos, pensando en la exigua tribu de los lectores de libros.
Me acuerdo de la fotografía de un hombre que parece arrodillado ante un altar. En ésas lo sorprendió Sara Facio. El hombre busca un libro entre otros, y aunque la vista lo traicione, le sobran tacto, olfato y corazón para hallarlo. Sabe que la búsqueda es mutua, que lector y libro acaban encontrándose.
El encuentro sobrevuela siglos y continentes, adivina lenguas extrañas y signos misteriosos. Cuando se reúnan dialogarán en silencio, o quizás el hombre murmure algunas líneas, según su costumbre, recordándolas como si las viera.
El gesto reverencial del señor arrodillado no se dirige a las alturas sino a ras de tierra, donde en ese instante se alinean los objetos de su devoción. La imagen es ejemplar, estampa de un santo reverente ante la sabiduría.
Los que llevamos un largo trecho de vida compartida con estos objetos y buscando siempre otros, murmuramos también una unánime plegaria de gratitud.
Primero, para quien nos enseñó a leer.
Vivimos entre libros, hemos tenido la libertad de elegirlos y la posibilidad de descifrarlos en una era en que la instrucción fue (casi) universal. No necesitamos ser monjes ni damas de la nobleza y si pertenecemos a una cofradía no es la del poder ni la del dogma, simplemente hemos sido elegidos por los libros desde temprana edad. Bendito sea un privilegio desinteresado, no esgrimido para someter a los diferentes.
La plegaria del lector gustoso incluye un solo pedido: seguir leyendo. Aún en la noche que afligió a Borges, los textos memorizados y los que voluntades amigas le acercaban oralmente le impidieron claudicar, porque la lectura es sinónimo de respiración.
Es inevitable mencionarlo, fantasma recurrente de estas páginas, porque ensalzó la tarea del lector sobre la del escritor, en un lugar del mundo donde ambas actividades no fueron ni son precisamente auspiciadas.
Fue el Sumo Lector, el que tradujo e interpretó la literatura universal, el gramático que nos enseñó a leer, y si fuéramos buenos aprendices, también a escribir, el maestro a menudo arbitrario de adultos a menudo díscolos.
El lector nace, siempre que cuente al nacer con las hadas reglamentarias asomadas a su cuna que le otorguen dos dones. Una familia natural o vicaria, en la que un adulto esté hechizado por un libro. Y un ámbito escolar donde se enseñe humildemente a leer y escribir, porque pese a los cambios vertiginosos de la informática, durante bastante tiempo nos seguiremos manejando con el alfabeto.
Recuerdo una antología llamada El curioso entretenido, título que define a lector incipiente. En cualquier ámbito de gente bien alimentada puede brotar esa chispa que lleva a manosear revistas, descifrar carteles, y hasta los papeles rotos de las calles, según la archicitada frase de Cervantes. De esta chispa - si nadie la apaga a baldazos - nace una hoguera vital de placer y devoción.
*
Lector se nace, lector se hace, lector se muere.
Como el hábito no tiene finalidad práctica, no admite renuncia por abandono ni por desaliento ante el posible competidor. El lector se arrodilla como el arqueólogo, trepa escaleras como el restaurador, fortalece músculos con el diccionario de María Moliner, huronea de tomo en tomo. Lee de pie y escarba en las librerías, sufriendo la melancólica anemia de su bolsillo, el despiste de los libreros y la necesidad del ángel que lo aliente para desmalezar la selva de libros chatarra.
Lo creíamos sedentario y en realidad es un atleta, comparado con los prójimos que sortean estas gimnasias y se solidifican en ángulo recto frente a las pantallas.
El lector es feliz de ser contemporáneo de una abundancia de libros única en la historia: las cifras y la exhibición a menudo groseras abruman. Pero del exceso nace la posibilidad y de esa variedad nace el gusto formado a fuerza de errores y descubrimientos.
Envidia a los fanáticos del fútbol porque pueden trenzarse en argumentos con cualquier vecino, porque todos comparten ídolos del mismo dogma y un código enciclopédico de conocimientos específicos. Al lector le cuesta cada vez más encontrar interlocutores, interlectores.
Muchos disfrutan del diálogo electrónico, herederos de los entusiastas espiritistas de hace un siglo. Pero al veterano le parece, hasta que lo exterminen por anacrónico, un intercambio entre fantasmas.
Como el paisano usa el adobe, y el esquimal el hielo, el lector se ha fabricado una vivienda de libros, una madriguera con vista al universo.
Roba los ratos que puede a una agenda saturada de tareas y estrecheces, y espera el momento en que las cirugías reparadoras le permitan corregir una memoria fláccida, una concentración rugosa, una mustia capacidad de ilación.
Si el lector va por el mundo con cierto aire de quedarse entre las azucenas olvidado, como le pasaba a San Juan de la Cruz en otros trances, qué decir de la lectora, que va por ese mismo mundo con un talante de franco desvarío, tironeada por la multiplicidad de sus deberes, añorando un rato propio para reanudar el párrafo interrumpido, a menudo años atrás, hace ya varios hijos.
Pero también está el caso de la actriz Elena Tasisto, capaz de leerse un libro entero de pie, al sol y en el borde una piscina. Y la valiente secretaria que también lee de pie, pero en el colectivo atestado.
El placer de la lectura se atiza con sentimientos no siempre recreativos. Pensar no significa columpiarse. Hay lecturas que abren heridas absurdas a lectores sanamente infantiles, incapaces de simbolizar y que transitan con pánico los avatares de protagonistas míticos o reales.
Y está el que al emerger de una larga novela, deambula durante varios días hecho una Bovary, salpicado de pólvora de batallas y perfumes de bailes cortesanos. Más la sensación de orfandad que deja en el alma el fin de la extensa aventura.
Promediando el paseo por el Infierno de Dante la lobreguez pide un paréntesis; tampoco es fácil tolerar la perversidad de los villanos de Shakespeare, nuestros semejantes y hermanos. Y pueden embriagar como una droga la lengua y los infortunios del Quijote.
Y en cuanto al tan mentado Proust, no es la minuciosa transcripción de los celos de Swann en decenas de páginas lo que impacienta, sino la sospecha de verse radiografiado, congelado en un momento de su vida y preguntarse con desazón: ¿cómo pude ser tan imbécil?
El debate tan machacón como hipócrita (porque en realidad se trata de una campaña de exterminio) sobre la inminente desaparición del libro, pese a que la editoriales siguen abarrotando librerías, quizá requiere una interpretación. La ansiedad que suele acompañar este debate parece disimular una liviana transposición del único duelo obsesivo y aterrador. No es seguro que el libro esté destinado a desaparecer mañana, pero sí es seguro que desaparecerá cada uno de nosotros especimenes humanos. Y es posible que cuando dejemos este mundo, algunos libros nos echen de menos.”
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“Cuando amanezca el día de Juicio Final y los grandes conquistadores, jueces y estadistas se presenten a recibir sus recompensas: coronas, laureles, sus nombres grabados en imperecedero mármol, el Todopoderoso le dirá a Pedro, no sin cierta envidia al vernos llegar con los brazos cargados de libros: “Pedro, éstos no precisan recompensa. Aquí no tenemos nada para darles. Fueron amantes de la lectura”.” (Virginia Woolf)

María Elena Walsh

enero 04, 2009

Voilà! Jouissez!


"So this time right, I'm just keeping quiet"


"What I want from this, is learn to let go"

Damien Rice & Lisa Hannigan Live from Abbey Road.