junio 25, 2007

Habrá que hacerse responsable..


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En el circuito de la responsabilidad, la interpelación subjetiva es la puesta en marcha del circuito. Dado el Tiempo 2, que es el tiempo de la interpelación en el circuito, se funda en su resignificación el Tiempo 1. El Tiempo 1, es ya un tiempo resignificado por la interpelación a través de la culpa. La culpa hace la retracción, hace que se retorne sobre la acción por la que se ‘debe’ responder.
En Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos, situamos el Tiempo 1, el de la acción, en el momento en que Joel, decide someterse al procedimiento de Lacuna Inc., luego de enterarse que su ex-novia Clementine, lo había borrado de su mente. Esta acción se pone en juego en relación a su deseo. Deseo inconsciente del que él no tiene ningún saber.

El Tiempo 2, que resignifica el Tiempo 1, es el momento de la interpelación, donde se pregunta por la acción misma, cual fue la acción que inicio el circuito. El sujeto se ve interpelado por ciertos elementos disonantes. El Tiempo 2 se sobreimprime al Tiempo 1 resignificándolo. Joel, en un momento del proceso, se da cuenta, actuando en su inconsciente, de lo que esta sucediendo. Se da cuenta que esta borrando a Clementine para siempre de su memoria. Él quiere cancelarlo. Y empieza a actuar conforme de esta acción, de la que se arrepiente. La figura de la culpa, que aparece en esta escena, es la de la proyección, el proyecta en ella, pero en sí mismo, porque ella es una de las figuras de su ‘yo’, la culpa por su acción. Él le dice que ella lo borro a él en primer lugar, que por eso estaba haciendo eso. Ella, en sus recuerdos, cuando habla, es él hablándose a sí mismo, pero no deja de ser la figura de Clementine en la que vuelca la culpa de su acto. Pero la proyección, es entre otras, una de las figuras de la culpa. Y la culpa tapona y obtura la emergencia subjetiva, la culpa puede mantenerse sin el advenimiento del sujeto. Pero no hay responsabilidad subjetiva sin culpa. Ahí donde encontramos la culpa, en algunas de sus formas, es exactamente que se ha cedido en el deseo. Por lo tanto, responsabilidad subjetiva. La culpa es una condición para el circuito de la responsabilidad subjetiva, es la culpa la que ob-liga responder. Esta nos muestra que no se ha actuado conforme al deseo.
En la resignificación del Tiempo 2 a partir del Tiempo, tiempo donde el universo particular soportado en las certidumbres yoicas se resquebraja posibilitando la emergencia de una pregunta sobre la posición que el sujeto tenía al comienzo del mismo. Propicio para la emergencia de una singularidad, que en consonancia con lo universal, demuestre la incompletud del universo previo, junto con la caída de los ideales que allí lo sostenían. El après-coup freudiano para hallar el lazo asociativo entre 1 y 2. La hipótesis clínica situará la naturaleza de esta ligadura. Si algo ha emergido des-ligado del universo particular, este buscara religarlo hallando una explicación en su presencia. Se nos impone una pregunta, ¿Cual es el deseo en Joel? ¿Ante que deseo inconsciente, Joel no ha actuado conforme? Un abanico de opciones se abre ante esta situación. El deseo que lo habita a Joel, es el de querer en realidad estar con esa persona? Deseo de continuar con una relación que dejo de ser perfecta, para volverse real? Deseo de una imago femenina perfecta, de ideal de mujer, que él tenia de ella? Que lo iba a salvar, y que siguió pensando aun después de conocerla? Las hipótesis clínicas que se puedan hacer solo abrirán más la situación, en vez de empequeñecerla. Con lo cual me quedaré con la hipótesis clínica sobre el deseo de Joel de ver un su partenaire una mujer ideal, que lo redima de sus miserias, que lo salve.

El tiempo 3 es el tiempo de la responsabilidad subjetiva. El tiempo del efecto sujeto, el tiempo del acto. El sujeto del acto coincide con el de la responsabilidad subjetiva. El tiempo 3, resignifica el tiempo 1, se diluye el sentimiento de culpa. El efecto sujeto también es una respuesta a la interpelación, (una respuesta que avance mas allá del goce regulado por el fantasma) pero ya estamos hablando allí de una dimensión ética, porque es en el acto en que se produce un sujeto de deseo inconsciente. El acto ético no podría sino coincidir con el efecto-sujeto. Hay que retornar sobre la acción más moral, más particular, favoreciendo la interpelación para la responsabilidad subjetiva. Esta responsabilidad subjetiva confronta al sujeto con aquello que perteneciéndole le es ajeno, ajenidad, que en términos de Freud, no causa inimputabilidad. Aquí me pensaremos si hay un efecto sujeto claramente visible en la película. Varios puntos me demuestran que, si, lo hay. El hecho que, desde su inconsciente, desde donde se están borrando los recuerdos, quiere cancelar la acción, que sabe que no puede volver atrás, aún así lo intenta. Intenta conservar el recuerdo de ella llevándola a aquellos lugares donde no pertenece. Que más claro ejemplo que éste para mostrar su intento de conservarla. La lleva a la humillación de la adolescencia, de la infancia, a la infancia mas temprana donde sus deseos de ser amado por su madre se mezclan con sus deseos de no perderla. Pero aun con este ejemplo no basta. Hay otro momento de la película. Cuando ellos ya están al descubierto de toda la situación. Cuando el azar, lo no determinado, se cuela en su ‘nueva’ relación. Cuando ambos escucharon que es lo aborrecían del otro. Pero aquí el azar no borra al sujeto de toda responsabilidad, borrando su acto. Algo cae. Cae la máscara de la perfección a la cual ambos estaban sumidos al volverse a encontrar. El Tiempo 3 no se trata de hacerse cargo, sino de que el sujeto cambie la acción. Este verificará la responsabilidad subjetiva, una toma de posición en relación a lo universal inscribiendo un acto que produzca un sujeto barrado ($). Podemos considerar la aceptación por parte de Joel de continuar en la relación, sabiendo que ella, no es la imago femenina perfecta. En la película no se hace mención de un hacerse cargo de la acción del Tiempo 1. El Tiempo 3 estaría dado por continuar, con la relación mas allá de ese deseo inconsciente que lo habita. De ese deseo edípico. Al continuar la relación sabiendo a-priori los defectos de Clementine, cambia la acción. Bien podría, teniendo pruebas de lo que le va a suceder con ella, haber dejado ir a Clementine. Pero no lo hizo, a pesar de su deseo. Adviene el acto. Teniendo en cuenta, que todos los recuerdos de ella se han borrado, es importante saber que en este acto de continuar más allá de ese deseo, hay un efecto sujeto. Hay responsabilidad subjetiva. La responsabilidad subjetiva, interpela al sujeto mas allá de las fronteras del yo, asentándose en la noción de sujeto del inconsciente, llama al sujeto a responder, produciéndolo, esta lo confronta al campo de la verdad que lo determina. Se trata de que el sujeto pueda responder por sus actos. Y aquí se relativiza la idea del sujeto autónomo. Ese sujeto debe responder, por algo que considera ajeno, pero aún así lo habita. Este sujeto es habitado por un deseo que desconoce, pero por el que tiene que responder de la misma manera. Así como Freud decía que uno debe considerarse responsable por sus mociones oníricas malas. Con esta frase, comparo los recuerdos por los que él pasaba durante el proceso. Si uno debe considerarse responsable de sus producciones oníricas, debe así también responsabilizarse de todo aquello inconsciente que lo habita. Ese deseo que, indomesticable, no se deja atrapar por el significante.
La Maga.

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