Fin de semana de cumpleaños. Mamá Cris, Mani y Seb. Feliz natalicio a todos. Ciru pasa por el punto preguntando si iba a ir... mi respuesta: 'Puedo ser cualquier cosa, menos garca'. Sin saber muy bien que se iba a hacer, solo estaba la certeza del destino, Brako. Cuando llego a casa, arreglamos para que me pase a buscar, le pido que me despierte 0:30. Yo no escuche nada. En algún momento mi celular comenzó a colarse en mi sueño. El sonido que tenía un mensaje pendiente se fue haciendo cada vez más claro. 2 de la mañana, la puta, pasaba 1:30. Miro los mensajes despidiendose hasta mañana, el de mi mani, que estaba enojado. Con cara de dormida me cambio, agarro las cosas y me voy. Entré a Brako protegiendo la sorpresita. Miraba a la gente desencajada, el humo me molestaba, todavía tenía telerañas en los ojos. Voy al lugar donde sé que los voy a encontrar, veo a la blonda, le hago el con el dedo que no diga nada, lo mismo al Mono. Donde está? Está adelante. Otra vez atravesar el hacinamiento este? Lo veo entre la gente rodeado de tres féminas que me resultaban familiares de fotos, alguna conquista seguramente. Me acerco por detrás diciéndole 'Puedo ser cualquier cosa, menos garca'. Recapitulo y no puedo sentirme más que una esquizofrénica. Limpiando la barra para desplegar una de mis manualidades, un pseudo regalo, ya que el otro, no era propicio para entregar en ese momento. Ahora que lo pienso, me parece que este tampoco lo era. Se resignificó la utilidad de mi mochilita blanca tan desprestigiada. Si, era yo la que estaba ahí. Si, era yo la que pidió Campari. Si, era yo la que miraba a la gente sintiéndome tan lejos de la masa apiñada. Era yo la que pestañeaba dolorosamente y pegaba un alarido de tanto en tanto. Era yo la que estaba de más. Pero estaba.
PD: Sebou... Happy birthday to you too petit cochon!
PD: Sebou... Happy birthday to you too petit cochon!
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